lunes, 31 de enero de 2011

-¿Timón, te has preguntado alguna vez que son esos puntitos brillantes del cielo?
-Pumba, no me lo pregunto. Lo sé.

-Ah, ¿Y que son?
-Luciérnagas. Luciérnagas que se quedaron atrapas en ese techo azul y negro de arriba.

-Vaya, siempre creí que eran bolas de gas quemándose a millones de kilómetros de aquí.

martes, 18 de enero de 2011

Bien. Lo que aquí se ha planteado es: ¿cuánto es lo bastante borracho?. Y la respuesta es: que depende de las células del cerebro. Con cada vaso de licor que tomas acabas con cientos de esas células. Pero eso no importa mucho porque tenemos millones. Primero mueren las de la tristeza, así que estás sonriente. Luego mueren las del silencio y todo lo dices en voz alta, aunque no haya ninguna razón. Pero eso no importa, porque después mueren las de la estupidez y hablas con inteligencia. Y por ultimo las células de los recuerdos. Esas son difíciles de matar..

lunes, 17 de enero de 2011

I want to be what you always needed.

(:

A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final.
Uno puede sonreír para sí mismo o puede sonreírle a otro. Se trata de sonrisas completamente distintas, sobre todo porque mientras la primera es por donde se escapan ideas alegres y recuerdos indelebles, la segunda constituye el símbolo universal de la complicidad.
Luego están las sonrisas que enseñan los dientes y las que se hacen las interesantes. Nada que ver las unas con las otras. Creo recordar haber leído que el ser humano, junto a algunos primates, es el único animal del planeta que no enseña los dientes como señal de defensa o agresividad, sino justamente de todo lo contrario.
El catálogo de sonrisas humanas se complementa con formas de bocas, accidentes faciales y jardines dentales, hasta crear las infinitas combinaciones que en teoría, y sólo en teoría, deberíamos estar presenciando continuamente.
Para cualquier otra expresión física, hay que tener muy en cuenta cuándo se manifiesta. Para la sonrisa, no. Da igual la situación en la que te encuentres, una sonrisa bien dibujada siempre te va a ayudar, a ti y seguramente a los demás también. Sí, incluso en un tanatorio, en un accidente y en una ruptura sentimental.
Para terminar, matización importante. No confundirse. Sonreír no tiene nada que ver con reír. Simplemente comparten letras. La sonrisa crece. La risa estalla. La sonrisa calla. La risa berrea. La sonrisa escucha. La risa habla. Se puede sonreír incluso mientras se llora. Con eso está todo dicho.
De cualquier modo, si hay algo que realmente me fascina del acto de sonreír es lo mucho que se obtiene frente a lo poco que cuesta. Lo poco que abunda.

sábado, 8 de enero de 2011

Dos.

DOS, qué extraño número. Dos es el número de personas que forman una pareja, y también el número que comparan con un patito, el número raro, el patito feo. Con dos dedos puedes taparte los oidos y aislarte del mundo, y dos son las palabras que cualquier persona desea escuchar: "te quiero". El fin de semana tiene dos días, y cuando te piden tu nombre debes poner tus dos apellidos. Pero, ¿sabes lo más extraño de todo? Que dos tiene tres letras, y es el tercer número positivo, después del cero y el uno, allí va el dos. El dos vive conmigo en cada cosa que hago, y no es un número que me guste precisamente, pero al enamorarme lo sentí como un apoyo más. Todo es relativo, todo es asimilable.
Porque 1+1 no siempre son 2, porque el blanco puede ser negro, porque el negro es la mezcla de todos los colores, porque lo más fácil no siempre es lo acertado, porque lo complicado a veces es más atractivo, porque lo atractivo no siempre tiene que ser bonito, porque un "no" a veces es un "sí", y un "sí" a veces es un "no" escondido, porque no es oro todo lo que reluce ni plata todo lo que no brilla, porque comer a veces no te quita el hambre y dormir no significa que descanses, porque estar rodeado de gente no significa estar acompañado, porque se puede soñar despierto, porque la gente cambia, y tú cambias con ellos, que la inmensa mayoría no son lo que aparentan lo acabaras viendo, y aceptando con el tiempo. Porque a veces los ojos hablan más que millones de palabras, porque a veces los silencios son mucho más que las palabras.